El declive del monacato en tanto que movimiento histórico coincide con lo que Hannah Arendt propone como el cambio de paradigma fundamental sobre el que se construyó la modernidad: 'La inversión del orden jerárquico entre la vita contemplativa y la vita activa'. Al elevar la acción al estado más elevado de la condición humana, la contemplación perdió su significado tradicional y cedió su puesto honorífico como fuente de acceso a la verdad.