Este ensayo, Francisco González de Canales propone liberar a la ambigüedad de los intereses desde los que se discutió hace medio siglo, es decir, los estudios lingüísticos, comunicativos, la semiótica, para centrar la atención en lo que ésta pueda ofrecer a la arquitectura como soporte de la experiencia espacial y ambiental, y cómo esta lo hace, precisamente, en relación a disposiciones formales y materiales muy precisas.