En este primer libro de poemas, Clavelinda Fuster yuxtapone dos registros: uno personal, con versos fundamentalmente amorosos, y otro más político en el que se muestra a la humanidad empeñada en el alzamiento de una obra desmesurada. La metáfora de la Torre de Babel actúa como hilo conductor para mostrarnos la difícil convergencia entre un proyecto individual y las grandes empresas colectivas.