El barrio del Raval, cuyo sur geográfico ha sido el histórico Barrio Chino de Barcelona, ha constituido siempre el símbolo y la representación de los pánicos sociales y morales de la burguesía barcelonesa. La concentración de población obrera, la pobreza estructural y la actividad del trabajo sexual, por un lado, y, por otro, su configuración como espacio de conductas desviadas de la nor