Con este libro, el autor se cuestiona un modelo de urbanismo imperativo, cada vez con más fuerza en nuestras poblaciones, y se pregunta qué modelo de ciudad queremos. Da un enfoque nuevo a los estudios de urbanismo, recuperando dos denominaciones: ciudad doméstica, como un asentamiento humano donde prevalece la arquitectura, y ciudad pública, que incorpora el valor añadido del disfrute de la propia ciudad. A partir de aquí aboga decididamente por la ciudad pública.