Juan Salvatierra, pintor mudo, humilde y autodidacta, deja a sus hijos un misterioso cuadro en herencia: un inmenso mural que ocupa casi cuatro kilómetros de rollos de tela y que pintó en secreto hasta el día de su muerte. Al descubrir que falta una parte de la obra, su hijo Miguel se irá adentrando en los enigmas del pasado del artista en una peripecia que, de Argentina a Uruguay, lo llevará a reconstruir la verdadera historia de su familia y a replantearse su propia vida.