'El 20 de noviembre de 1992 secuestraron a Maria Àngels Feliu Bassols, farmaceutica de Olot. Esta mujer, madre de tres hijos, pasó dieciseis meses bajo tierra, enterrada viva en un agujero del tamaño de un armario. Arañas, hormigas, ratas, serpientes y humedad fueron sus compañeras de cautiverio.' Así empieza la historia increíblemente real de uno de los casos más extremos de la crónica negra española.