Huyendo de la mítica isla de Zanzíbar, tierra de mercaderes de perfumes y especias acunada por los monzones, Saleh Omar, un comerciante de 65 años, llega al aeropuerto de Gatwick con una caja de caoba llena de incienso y un pasaporte falso. Para comunicarse con él, los servicios sociales recurren a Latif Mahmud, un poeta experto en suajili, profesor y exiliado voluntario que vive apaciblemente en un apartamento de Londres.