El tiempo en los arquitectos pasa de muy diferentes maneras. Los hay que desaparecen en pos del dinero, o de la fama vana inmediata, o de otras muchas causas diversas. Y los hay que resisten. A estos que resisten mucho les dediqué un día un Resistid Malditos que todavía resuena en algunos oídos. Porque esto, malditos, son los que se dejan su vida en este hermoso empeño de la Arquitectura. Y malditos son Carlos Pereda y Óscar Pérez Silanes que resisten produciendo unas obras tan hermosas. Benditos sean estos malditos.