- Creado el 24/11/2017
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El estudio de Joan Gaspar es un pequeño secreto de Barcelona. Un espacio íntimo resguardado del bullicio de la ciudad donde se respira otra actividad distinta. Los prototipos y piezas del diseñador configuran un espacio de dos niveles, donde conviven mesas de despacho, reunión y taller de una forma fluida.
El pasado esta presente en el espacio, donde los indicios de una actividad anterior quedan revelados por las cicatrices de una distribución anterior. Las múltiples miniaturas de sillas, dan una dimensión doméstica a las baldas de la estantería donde conviven con libros, catálogos y proyectos. En definitiva, un lugar que habla por si mismo de una dilatada producción en diseño que abraza sillas, lámparas, percheros y pequeños muebles entre otros.
En la gran mesa, iluminados por una de sus lámparas de suspensión nos sentamos frente a frente, cuando Joan deja de moverse frenéticamente por el espacio mientras soluciona algunas cuestiones, aquí hay muchos frentes abiertos. El próximo 14 de septiembre a las 19.00, tenemos ocasión de escuchar de su propia voz, como diseña y piensa el mundo Joan Gaspar. En la segunda edición del ciclo de conferencias Objecte de Desig #2 en La Capell, el guionista y presentador de radio y televisión Òscar Dalmau moderará este encuentro entre Joan Gaspar y Lluís Porqueres, dos generaciones de diseñadores con una estrecha relación entre ellos.
Aprendiste la profesión de diseñador de la mano de uno de los pioneros. ¿Como fue aquella experiencia?
Sí, con Lluís Porqueres, un referente para mí, de hecho en mi web lo nombro de entrada. Lluís era autoeditor, había fundado una empresa donde él mismo diseñaba y producía lámparas y fue donde realmente aprendí el oficio.
Estaba en el Poblenou preolímpico, era un barrio en cierta decadencia, que conservaba sin embargo un tejido industrial muy rico todavía.
Lluís diseñaba con lo que encontraba, reformulando o modificando elementos de ferretería y con muy pocos medios.
¿Tus diseños conservan algo de aquella forma de trabajar?
Creo que sigue siendo la esencia de mi trabajo. Aprender a desarrollar proyectos y objetos con pocos recursos, fue una experiencia que me dio una muy buena base. Si bien, no podía ejercer siempre de esta forma, sigue siendo una forma de pensar. La voluntad de solucionar los encargos con el mínimo de procesos siempre es una prioridad, aunque a veces no se consigue esta esencialidad.
¿Entonces era otra forma de diseñar?
No lo diría así, pero sí que teníamos la suerte de que con este tejido industrial al alcance, la mayoría de nuestros proveedores eran muy cercanos. Esto nos permitía salir del estudio y poder presenciar los procesos que se estaban llevando a cabo. Un aspecto esencial para el trabajo del diseñador puesto que los procesos acontecen como elemento clave de lenguaje. Cuando los puedes conocer y controlar, te permiten interpretarlos o replantearlos y con este ejercicio obtienes una herramienta clave a la hora de desarrollar nuevos diseños.
Ahora que nombras nuevos diseños, ¿como ves el panorama actual del diseño en Barcelona, especialmente entre los emergentes?
Tengo la sensación de que al diseño se le está conduciendo a un callejón. Parece que se le quiere vestir de algo más extraordinario de lo que es. Para mí el diseño es una disciplina importante, es evidente, me dedico a ello, me gano la vida y disfruto con lo que hago, pero a veces parece que el diseño no sea suficientemente importante y se le esté vistiendo de otra cosa.
¿ Te refieres a demasiado concepto?
La importancia recae en generar buenos profesionales. La formación humanística se adquiere en las escuelas, pero hay a menudo una falta de conocimiento de la materia y de control de los procesos industriales entre otros, que es lo que te permite desarrollar las ideas.
Parece que estemos esperando a que los diseñadores acontezcan como gurús. Yo creo en un diseño con esencia de oficio, una disciplina que puede abordar muchos frentes desde su naturaleza. Todo lo que se produce en la industria necesita ser diseñado y esto se puede hacer bien o mal.
¿La desaparición de un tejido industrial como el que explicabas del Poblenou ha dificultado mucho el trabajo?
Bien, yo diría que la red no ha desaparecido, aun así se ha reducido, alejado y disgregado, pero los recursos y procesos siguen existiendo. Lo que sí que ha variado con los años, han sido las empresas de edición. Antes a pesar de ser más pequeñas, contábamos con más de cuarenta (quizás), esto nos permitía un ensayo interesante a los que empezábamos, poder presentar los trabajos a distintas editoras y recibir diferentes opiniones sobre el trabajo que estabas desarrollando. Actualmente este panorama se ha complicado, las empresas que editan son menos y más grandes y esto dificulta el acceso, de alguna manera la agilidad con que contábamos ha menguado mucho.
Hablando de agilidad, veo que trabajas con una impresora 3D aquí al despacho.
Se ha convertido en una muy buena herramienta, la usamos mucho para ver volumetrías o incluso para poder hacer alguna simulación de comportamiento de material. Con esta herramienta también construimos prototipos a escala real a base de partes ensambladas.
¿Cómo diseña Joan Gaspar?
Parto casi siempre de un material y es desde este donde empiezo a desarrollar. Pero en cuanto al desarrollo de las ideas, sigo trabajando con papel y lápiz indiscutiblemente. Constantemente dibujo. El ordenador es una herramienta que entra posteriormente en el proceso y que no me interesa para trabajar, es simplemente necesario. En este sentido el proceso es el de siempre. Me siento mucho más ágil en esta parte del proyecto, la libertad del papel y el lápiz no la da nada más, las nuevas tecnologías han fomentado todavía más su potencial.
Después de tantos iconos, ¿todavía se pueden diseñar clásicos?
Pienso que sí, bueno ya lo veremos. En este terreno el tiempo es el que tiene la clave. Si tu propuesta es muy tendenciosa, es más difícil que dure en el tiempo, pero si consigues trabajar de una forma más abierta, a pesar de que esto parece paradójico, tienes más posibilidades de definir lo que puede ser un clásico. Sin embargo, no pienso que el trabajo de los diseñadores sea hacer clásicos, nosotros nos tenemos que encargar de hacer un diseño que funcione para las empresas y que después la gente lo quiera para que les acompañe durante mucho tiempo.
Los clásicos además, también surgen con la aparición de un nuevo material y de las decenas de objetos que se diseñan para aplicarlo, hay una minoría que sabiendo leer e interpretar aquel nuevo recurso de forma ejemplar y son estos los que derivan en clásicos.
¿Tu trabajo evoluciona en paralelo con los adelantos técnicos, o tienes predilección por materiales o procesos en concreto?
Normalmente trabajamos con materiales que ya existían hace treinta años o más, lo que ha cambiado o se ha sofisticado es la forma y los procesos que utilizamos. En este sentido el papel del diseñador es esencial.
Además, a menudo el cliente ya cuenta con una forma concreta de producción, según este recurso industrial, intentamos explorar nuevos terrenos o formas de trabajar. Hacemos una interpretación nueva. Crear un nuevo lenguaje con los mismos materiales.
¿Quienes son tus referentes?
Me sigo fascinando cuando miro libros de los años cuarenta y cincuenta. Cuando veo aquel grado de modernidad que lograron, me siento lejos de poder conseguirlo. Pero uno, es también lo que le rodea. Del pasado obtenemos quizás una visión idealizada, pero sí que es sorprendente lo que pudieron lograr en consonancia con su tiempo.
¿Crees pues, que había más cultura del diseño entonces que ahora?
No, en todo caso en un tiempo pasado, era una cultura más elitista y ahora se ha popularizado, actualmente el diseño cuenta con bastante buena salud.
¿Cómo podemos hacer más extensivo el trabajo de diseñadores como tú que quizás queda eclipsado por algunas grandes firmas abanderadas en la comercialización de diseño en masa?
Yo creo que el diseñador y el diseño existen al fin y al cabo por las empresas, cuando vemos que el diseño tiene que ser promocionado por la administración, me hace pensar que quizás algo está fallando. En nuestro contexto, tengo la sensación de que las empresas que se dedican a fabricar elementos por el hogar o domésticos, luces, muebles... han logrado muy bien esta comunicación, pero en otros muchos terrenos no se ve esta atención a la hora de comunicar su producto, como si no fuera con ellos.
Aun así, tú has desarrollado el papel de director de arte para algunas empresas.
Si, esta faceta del trabajo de los diseñadores también ha influenciado en la buena comunicación del producto con todo lo que esto supone.