Esta pieza es única y posee un valor cultural propio, ya que se trata de baldosas hidráulicas hechas a mano y recuperadas de edificios centenarios de Barcelona. Estas baldosas aparecen amontonadas en los sacos de escombros de las obras. Significa esto que acabará perdiendo parte de la Barcelona clásica y modernista de finales del S.XIX y principios del S.XX. Cada azulejo ha pasado un proceso individual de recuperación y limpieza, recuperando así su dignidad anterior.