El cemento Portland, llamado así por su color gris parecido al de las piedras de la isla de Portland, al sur de Inglaterra, y su hormigón forman parte de nuestras vidas. Con ellos se ha construido seguramente el edificio en el que vivimos, los centros de salud y hospitales, las carreteras, puentes, aceras y calles, las presas, canalizaciones de agua, sistemas de saneamiento y depuración.