En una conferencia pronunciada en abril de 1950, Mies van der Rohe ensalzó la tecnología aseverando que su culminación la transforma en arquitectura, y manifestando su esperanza de que, algún día, la una fuera expresión de la otra. Lamentablemente, este anhelo se ha cumplido en pocas ocasiones, ya que la tendencia ha sido que arquitectura e ingeniería hayan estado más disociadas que asociadas.