El reparto geográfico de la última generación de arquitectos, nacidos entre 1955 y 1977, dibuja un atlas expansivo que muestra el creciente protagonismo de Asia -donde al Japón de SANAA o Shigeru Ban se ha unido la emergencia caudalosa de China- y la pérdida de energía propositiva en el mundo anglosajón, y muy singularmente en Estados Unidos, que ha visto sus encargos culturalmente más significativos asignados a oficinas del otro lado del Pacífico o del otro lado del Atlántico.