La casa de Ozu propone al lector visitar los escenarios del cineasta, no como meros decorados que enmarcan historias corrientes del Japón de los años '50, sino como escenarios de vida sobre los que el espectador es capaz de proyectar su propia experiencia. Los planos que construye Yasujiro Ozu ofrecen imágenes que resultan naturales al ojo del espectador, coherente con la cotidianidad que describen.