Para que la arquitectura subsista como bien sensorial adscrito a la calidad de vida, el obstáculo principal radica en la prevalencia de la cantidad sobre la calidad al ocupar el espacio existencial. Un fenómeno agravado por la superpoblación humana y la aceleración productiva en sociedades alienadas por los poderosos medios telemáticos o virtuales, lo que conlleva un alejamiento cívico respecto al entorno físico, sea este natural o colonizado.