La investigación de María García Ruiz se centra en una serie de proyectos arquitectónicos singulares llevados a cabo en distintos lugares de Europa durante los años sesenta y setenta que pretendían sedentarizar a las poblaciones nómadas e itinerantes, en su mayoría gitanas. De manera paralela, surgen desarrollos experimentales en el campo de la arquitectura que presentan una verdadera hipertrofia en cuando a la movilidad y a la flexibilidad del espacio (la denominada arquitectura radical).