En 1912 el arquitecto Frank Lloyd Wright (1867-1959) publicó en Chicago un breve ensayo con el título 'La estampa japonesa: Una interpretación'. Para entonces ya era un prestigioso arquitecto y sus viajes, primero por Japón y después por Europa, fueron dejando un importante poso en su obra. En concreto, la cultura nipona le mostró una vía para desarrollar la relación entre la arquitectura, la geometría y la naturaleza.