Francisco Cabrero realizó su particular viaje iniciático a Italia entre diciembre de 1941 y febrero de 1942, unos meses antes de obtener el título de Arquitecto. La historiografía de la arquitectura moderna española ha reconocido el impacto y el alcance de este viaje en su trayectoria posterior. Huyendo del academicismo imperante en España, Cabrero 'descubre' en Italia la expresión racionalista y abstracta de la monumentalidad.