Protagonistas de unos años dulces de España en los que tuvieron ocasión de ganar concursos y culminar edificios de gran dimensión y no menor trascendencia simbólica, este grupo de creadores supo fertilizar la dimensión intelectual y la vocación docente con el ejercicio profesional, alcanzando reconocimientos tan singulares como el Premio Pritzker otorgado a RCR, el Aga Khan de Nieto Sobejano o el Mies de Mansilla+Tuñón.